DUELO ENTRE DON QUIJOTE Y EL CABALLERO DE LA BLANCA LUNA

 

Derrota de el ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha tras una feroz batalla.

 

                G. BUTRÓN, S. DE LA FUENTE,
                S. DE CASAS. Asti – Leku

Ayer por la mañana, en la playa de Barcelona, tuvo lugar un enfrentamiento entre Don Quijote y el Caballero de la Blanca Luna, al disputar qué dama era la más  bella.

En uno de los lados estaba Don Quijote junto a su escudero, Sancho y su caballo, Rocinante.

Vestía con una camisa blanca y unos pantalones desgastados y rasgados por sus diferentes aventuras vividas lejos de su hogar. Un sombrero que al igual que la armadura era de metal. Su rostro, demacrado por el paso del tiempo, indicaba seguridad y valor al mismo tiempo que cobardía y temor.

Al otro extremo de la playa estaba su adversario.

 

Llevaba una vestimenta bastante peculiar: camisa blanca, pantalones anchos por las piernas pero estrechos por el tobillo, chaleco, un pañuelo alrededor del cuello y al igual que el Hidalgo una armadura de metal, no obstante, el sombrero era extraño pero hacía referencia a su nombre: el caballero de la Blanca Luna. Su cara expresaba una futura señal de triunfo y gloria.

 

Batalla entre los dos oponentes.

Comenzó el combate. Minutos más tarde, se podían distinguir 

diferentes movimientos. Ambos contrincantes demostraron una gran destreza con la espada ya que la dominaban con elegancia y disciplina.

Pero como todo enfrentamiento, éste tenía que tener un fin y con él, un vencedor. En este caso, fue el caballero de la Blanca Luna, que tras desarmar a su oponente, le expuso las condiciones que requería el ser vencido.

“El ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha debe regresar a sus tierras y una vez allí envainad la espada y no volver a vivir ninguna aventura jamás”.

Sabiendo esto recogió todas sus pertenencias y marchó de regreso a su hogar derrotado en ánimos, ya que le habían arrebatado todo con lo que le había hecho feliz a lo largo de su vida.