LA LECTURA DE NOVELAS DE CABALLERÍA ENLOQUECE A UN HIDALGO MANCHEGO

 

Un hombre perteneciente a la baja nobleza ha llegado a un estado de locura por la excesiva lectura de novelas de caballería, lo que le ha llevado a actuar como los héroes que aparecen en estas.

 

I.E.S. Mungia B.H.I. Jonatan Pérez

 

La decisión de convertirse en caballero andante que ha tomado un hidalgo de la Mancha ha asombrado a todos sus vecinos. Esta decisión la tomó tras llegar a un estado de locura causado por la excesiva lectura de novelas de caballería. Según ha declarado el ama de llaves que vivía con él “al principio la lectura era una más de sus aficiones, también se dedicaba a la caza y a cuidar de su hacienda”, pero “llegó un momento en el que no hacía nada más que leer, se olvidó de lo demás, hasta de dormir y administrar sus tierras”. Como su situación económica no es muy buena,

ha vendido sus tierras con intención de conseguir dinero para comprar novelas de caballería. Su sobrina de veinte años ha dicho que su tío empezó a creerse las historias de estas novelas, y que por eso se comporta como uno de los héroes de sus historias. Con el propósito de convertirse en uno de estos personajes ha preparado su débil caballo, al que llama Rocinante, se ha vestido con la armadura de sus bisabuelos y con un casco fabricado por él, e incluso ha cambiado su nombre por el de Don Quijote de la Mancha. Según cuenta su único criado “ha llegado a inventarse una amada a la que llama Dulcinea del Toboso inspirándose

 

Retrato del hidalgo manchego

 

en una labradora vecina nuestra”. Los vecinos no han vuelto a tener noticias desde que se ha ido de su pueblo, pero los rumores dicen que se fue con intención de hacer justicia en el mundo.